Tras la espeluznante asamblea del otro día y la posterior demanda de “peatonalización racional”, entendida esta, entre otras perlas, como “derecho a aparcar en Torreatze” es imposible dejar de preguntarse qué tipo de sociedad defendemos, qué soluciones pedimos a nuestros problemas y dónde nos sitúa esto a un@s y otr@s.
Me viene a la cabeza la imagen de Aznar, reclamando su derecho inalienable a conducir bebido, porque ninguna institución puede decirle nada a él, individuo. Estamos viviendo más de lo mismo: ¿quién eres tú, institución pública, para decirme a MI (nada más y nada menos que a MI) qué hacer con la basura que YO genero? ¿o dónde aparcar MI coche del que tú tienes que ocuparte porque es mi derecho? Todo el mundo sabe que el derecho a aparcar MI coche debajo de MI casa es algo universal, recogida en la declaración de los derechos del individuo. MIS calles son para MI, y como mucho para los de MI gang.
Los problemas de Pasaia ME la pelan, porque YO no tengo porque mirar 500 metros a la derecha, a la izquierda o al frente. Así de ridículo: no miro más allá de 500 metros, porque YO y MI calle soy-somos lo importante y lo demás ME es ajeno.
En lugar de comprender y actuar sabiendo que tenemos 1 problema en 4 sitios, cada CUAL sólo se mira a su ombligo. Es el liberalismo, el individualismo, el a MI solo me importa MI pequeña aldea, MI círculo guya. A veces camuflado en MIS sentimientos, que por alguna razón no ME dejan razonar.
Y así nos va. Yo yo yo yo mío mío mío mío los míos. ¿Qué hay de lo mío?
Y así nos va. Si el puerto vetó un parking disuasorio en Trintxerpe, pues mejor. Donde se ha visto que YO tenga que andar 500 m. Hasta MI casa. Si el frontón de Antxo no se puede hacer porque el pnv torpedea al pueblo vía agencia de agua, a MI que más me da. Si La Herrera puede servir a todo Pasaia, no ME incumbe. Si nos cambian las reglas para aprovechar Ciriza, a MI plín porque con MIS colegas tengo demandado un chiringo que loflipo. Y si el puerto se apropia de una acera para que no podamos asfaltar euskadi etorbidea, tampoco va CONMIGO. De hecho, ninguna asamblea ha llevado a cabo ninguna acción contra el puerto, por ejemplo, porque eso supondría poner sobre la mesa problemas comunes. Y lo común, ay amigo, lo común nos la trae floja. Arréglame lo MIO. DejaME hacer lo que YO quiera. No ME saques de MI círculo.
Ignoramos que estamos en medio de una batalla bestial por el futuro de Pasaia. Bueno, ignorar no. Directamente nos hemos borrado de ella y montado un mundo paralelo PARTICULAR, el de los MIOS. En consecuencia, se renuncia al proyecto común para priorizar MIS cositas. Y así, si alguien viene con una visión global lo responsabilizo de no ocuparse de lo MIO. Y dado que tengo derecho a decir lo primero que se ME pase por la cabeza y a usar a cualquiera como muñeco de pim-pam-pum, eso es lo que hago.
Si esa propuesta, tal y como reconoció un asistente a la asamblea, responde a la demanda que se hizo desde el mismo San Pedro, es decir, que se viene trabajando desde 2006, pues decido que ahora no vale, porque, porque… porque oyes, ¿cómo pretendes que YO haga algún esfuerzo? ¿quién te crees para imponerME una visión común de este pueblo? ¿de qué vas que ME pones a MI en el centro?
No importa que las razones sean tan peregrinas como que la peatonalización sea mala para el comercio, que si no va a haber remeros porque no pueden aparcar en Kalparra, que si yo tengo derecho humano a meter el coche hasta MI escalera, o a desembarcar MI moto de agua, o a llevar MI coche hasta la rampla para bañarME…
Dejando a un lado el profundo desconocimiento sobre movilidad, turismo y otros aspectos que se desprende de estos disparates, aquí tan pronto defendemos una cosa como otra. Porque en el fondo no decimos la verdad: peatonalizar supone un esfuerzo individual, que no estoy dispuesto a renunciar porque no ME da la gana. Porque, vuelvo al principio, ¿quién es el ayuntamiento para decirME dónde puedo aparcar? ¿a MI? ¿a MI? Vamos hombre. Estaríamos buenos.
Es el mismo caldo de cultivo en el que medran upyd o LePen o Berlusconi. Una desideologización tan profunda que hace que en Francia los barrios comunistas ahora voten al FN. No, no he llamado a nadie nada, sólo afirmo que el individualismo y el sálveme YO primero, el renunciar a lo común, ignorar qué es lo que ocurre alrededor, anteponer lo MIO, MI comodidad. lo mío, mi barrio, mi gang, mis apetencias… hace que esas opciones se refuercen e impidan el desarrollo de lo común, en nuestro caso, de Pasaia.
La acción comunitaria, los proyectos comunes, la acción pública, los proyectos a medio plazo son mi enemigo. Porque me obligan a ser parte de un proyecto común que, francamente, a mi lo común, teniendo yo lo MÍO…
Si no te gusta el adjetivo, ponle otro, pero la descripción de esta situación no cambia de lo fundamental descrito por Ignazio Aiestaran: “La destrucción del tejido social y la fragmentación de la existencia en las ciudades son un acontecimiento que va más allá de la gentrificación. Pequeños actos perforan la vida en común y dan lugar a una subversión del deseo que Deleuze y Guattari llamaron “microfascismos”, ese pequeño fascismo de banda, de gang, de secta, de familia, de pueblo, de barrio o de automóvil, del que no se libra nadie. Tres días en Barcelona han sido suficientes para percibirlos, aunque no porque sea una metrópoli que albergue alguna perversión especial, pues algunos de ellos también los he visto en Bilbao y en Madrid, en París y en Berlín.” (http://www.nativa.cat/2013/10/microfascismos-en-la-gran-ciudad/ ).
Pues chavales, yo lo he visto donde nunca imagine. Lo he visto en Pasaia.